Hacer una mudanza con niños suele verse como una odisea imposible de realizar correctamente. Por suerte, eso no es verdad. Tan solo falta seguir unos cuantos consejos que aquí te daremos.
Habla el tema con ellos
El primer paso para una buena mudanza con niños es sin dudas hablar con ellos sobre el tema. Un niño suele apegarse bastante al ambiente donde crece, sea favorable o no para él. En consecuencia, ante la idea de abandonarlo seguramente se mostrará renuente.
Ahora bien, es aún más difícil si la mudanza es repentina. En cambio, si les comentas de antemano acerca del tema se irán haciendo a la idea. Quizá no cedan al principio, pero por lo menos no se llevarán una mala sorpresa más adelante.
A la hora de conversar el asunto procura contestar cualquier pregunta que tengan. Asimismo plantéales el nuevo hogar como un sitio agradable en el que estarán mucho mejor.
Elige el momento adecuado
Una mudanza con niños puede ser más o menos fácil en función del momento del año que elijas para ello. Hay mucho debate en torno a cuál es el más adecuado. Aunque la mayoría de opiniones coinciden en las vacaciones escolares.
La razón es simple: no hay un horario que ocupe a los niños. De ese modo, puedes trasladarlos sin interrumpir sus estudios. A la vez, tendrán más tiempo para ir conociendo el nuevo hogar con total libertad.
Hazlos partícipes de la mudanza
Brindarles la posibilidad a los niños de que participen en el proceso puede animarlos mucho. Por ejemplo puedes dejarles opinar cómo quisieran que fuese su nueva habitación. O darles cajas para que ellos mismos guarden sus cosas.
A los niños les interesan las actividades que nunca han probado. El hecho de tener cajas donde colocar sus pertenencias los atraerá y los mantendrá entretenidos. Mientras tanto, sin darse cuenta, comenzarán a asimilar la idea de la mudanza.
De igual manera sígueles dando participación cuando hayan llegado finalmente. Permite que saquen las cosas y que propongan dónde colocarlas. Cuánto más tomados en cuenta estén más rápido se sentirán como en casa.
Mantén una actitud positiva
Todo lo que hemos venido viendo hasta aquí se derrumbará si no mantienes una actitud positiva. Recordemos que los niños toman mucho en cuenta la conducta de sus padres.
Por ende, al verlos nerviosos o dudosos ellos también se sentirán así. Para evitarlo, procura estar calmado. Si surge algún inconveniente resuélvelo en privado, y siempre di cosas que aviven sus ánimos por llegar al nuevo hogar.
Contrata una compañía de mudanzas adecuada
Por último el transporte y la protección de todas las pertenencias familiares deben ser estrictamente vigilados. Esto solamente se puede cumplir si escoges una compañía de mudanzas adecuada.
Tus niños estarán muy atentos de que todas sus cosas lleguen sanas, salvas y enteras. Cualquier pérdida o daño los dejará indispuestos ante el cambio, por mucho que hayas conseguido que lo aceptaran. Así pues, busca una agencia de profesionalidad certificada.